Revista de Crítica ISSN 2954-4904
Literatura


Mario Bellatin, Bola negra, Sexto Piso, México, 2017, 168 pp.


A ciencia cierta, con Mario Bellatin nunca se sabe por dónde nos viene la bola. Sus experimentos narrativos retan al lector a leer con suspicacia y a estar constantemente atento a una posible emboscada, particularmente cuando nos encontramos ante narrativas poco convencionales, donde conviven la palabra y la imagen en un afán de igualdad narrativa. En Bola negra, Bellatin señala a una democratización de la representación artística en que ni la palabra ni la imagen contienen un valor superior la una sobre la otra, sino que entran en un diálogo igualitario en donde el escritor y el ilustrador son de igual importancia.  A través de la escritura de Bellatin se ha visto una evolución de esta técnica narrativa paralela. Ya se hace presente en las entrevistas fotográficas de Margo Glantz, Salvador Elizondo, Sergio Pitol y José Agustín en Un proyecto/un projet: Doubles écrivains/Escritores duplicado, en Shiki Nagaoka: una nariz de ficción, y posteriormente en Jacobo el mutante, pasando por el experimento fotográfico de Perros Héroes, con el folletín adjunto de fotografías, entre otras obras más recientes. Una de las patentes de la narrativa de Bellatin es incorporar tanto fotografías de autoría personal como fotografías o ilustraciones en un ambiente colaborativo con otros artistas gráficos. Con esta técnica creativa Bellatin también cuestiona las nociones de autoría y autoridad, llamando nuevamente la atención sobre la democratización de la creación artística.

Bola negra es la primera novela mayormente gráfica en colaboración con el artista gráfico argentino Liniers. La historia prácticamente empieza con la primera ilustración de una página de un libro de entomología, donde vemos una serie de insectos voladores, orugas, arañas, hormigas y ácaros. Inmediatamente después, Bellatin introduce un texto como de veinte páginas no numeradas en donde tanto él como Liniers son, además de autores, personajes.  En cierta manera, se insinúa la inexistencia del autor, o, si se quiere, su muerte por suicidio.  En esta sección escrita, Bellatin comenta las circunstancias que llevaron al suicidio al escritor checo Bohumil Hrabal. Hablar sobre el suicidio del autor checo es un tema de trasfondo, pero que va incorporándose poco a poco en la trama de la novela en proceso de escribirse. Inmediatamente después, el tema ya es la escritura, aunque también es su representación gráfica, en colaboración con el lector que va desglosando y uniendo los cabos de los hilos que conforman la trama. Se hace referencia a un libro ficticio en proceso de escribirse titulado El libro de Orígenes, que no es otro sino la novela que leemos, Bola negra. A mi manera de ver, el mencionado libro es un conjunto de autorreferencialidad o intratextualidad de novelas escritas anteriormente que aparecen en la posdata ilustrada. Estas novelas son Salón de belleza, Efecto de invernadero, Perros Héroes, Shiki Nagaoka: una nariz de ficción, La escuela del dolor humano de Sechuán, El gran vidrio, entre otras, que según Liniers, el personaje, aparecerían en Obra reunida de Bellatin en 2005. Posteriormente el narrador afirma que lo que está sucediendo es que estamos siguiendo la línea narrativa de Bola negra. La lectura se convierte en una acción paralela al canibalismo narrativo autorreferencial, en donde el escritor como el entomólogo “acaba comiéndose a sí mismo”.  Es un acto de suicidio autorial de rasgos kafkianos como sucede a Gregorio Samsa en La metamorfosis, aunque también alude a las transfiguraciones de personajes de algunas novelas de Bellatin. Esta parte escrita termina con la misma página ilustrada con que empieza la novela.

Las ilustraciones subsiguientes hacen referencia a la temática de la novela. Nuevamente se alude a la manera en que el insecto y el monje Magetsu permiten que su cuerpo se autoconsuma a la manera de un uróboros hasta convertirse en una pequeña bola negra. Esta pequeña bola negra encierra en sí una obra asimétrica, “una masa informe conformada por” la suma total de los elementos extra e intrarreferenciales que la crean y el texto gráfico que corrobora la repetición del proceso autorreferencial o acto de uroborismo autorial. Es común ver autores que se repiten a sí mismos, un riesgo que los puede llevar al suicidio intelectual. Bellatin ha llegado a repetirse; no obstante, como lo vemos en Bola negra, su creatividad lo sigue manteniendo a flote, y se ha ganado el reconocimiento como uno de los escritores mexicanos contemporáneos más originales en lengua española.

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